jueves, 25 de enero de 2018

Repetition Detector 2

No soy partidario de utilizar programas de apoyo a la escritura. De hecho, muchos de mis relatos los he redactado en condiciones precarias con el viejo Wordpad de Windows, e incluso en una situación ideal me basta y me sobra con el procesador de LibreOffice.

La única ayuda informática que utilizo regularmente es un programa llamado Repetition Detector 2 que, como su propio nombre indica, permite hallar palabras repetidas en un texto. Odio que me pase eso, así que me viene bien un programa de apoyo. Es de pago (7.40$) pero me proporciona una capa adicional de confianza que valoro mucho.

Sin embargo el programa no es perfecto. Básicamente lo que hace es buscar palabras próximas que comiencen por las mismas letras (tanto la distancia entre palabras como el número de letras para considerarse repetición son configurables) y también las partículas que predefinamos (por ejemplo «mente» para detectar la abundancia de adverbios). Esto ya de por sí encuentra muchas cosas, pero no todas. Por ejemplo, no verá nada raro en frases como «su fuerte fortaleza» o «dispuesto para el puesto», porque no cumplen esa condición de repetición inicial. Tampoco detecta cacofonías o aliteraciones. En ese sentido creo que podría estar más trabajado (buscando por morfemas más que letras a pelo, por ejemplo), pero al menos es rápido y sencillo de usar.

En el fondo ocurre como con el corrector ortográfico del procesador de textos: puede encontrar cosas que se te hayan pasado, pero nunca sustituye la necesidad de un ojo humano experto.

viernes, 12 de enero de 2018

Otro año y yo con estos pelos

Otro año, ya. Y yo cada vez con menos tiempo y menos cosas que contar. Realmente no sé qué hacer con este blog. No quiero cerrarlo porque en el fondo no me cuesta nada mantenerlo (como suele decir mi padre, «no me come») y supongo que aún se me puede ocurrir alguna cosa medianamente interesante que me mueva a subir un artículo. Pero ahora mismo no le veo mucha razón de ser.

Así pues, que nadie espere regularidad de aquí en adelante. Ya, anteriormente tampoco la hubo, pero ahora menos. O no, quién sabe. La idea es dejarse llevar, que sea el destino quien decida. Si surge algo que merezca la pena y me pilla con fuerzas, aquí estará. O si encuentro alguno de mis viejos microrrelatos y me convence, que también podría pasar. Y si no, pues hasta siempre, muchachos.