viernes, 8 de agosto de 2014

Consideraciones sobre las bases de concursos

Cuando uno empieza a tantear el mundillo editorial y trata de publicar algo, lo más normal es probar con concursos (otra gente opta por el peloteo y le va mejor, pero dejemos eso para otro día). Así, a la fuerza, se le va cogiendo el tranquillo a las bases de los concursos y empieza a diferenciar uno el trigo de la paja.

Y es que, aunque la mayoría de bases son en lo esencial prácticamente idénticas, hay convocatorias que parecen pensadas para que no te presentes. Seamos sinceros, señores organizadores: vale que estáis ofreciendo una oportunidad a escritores desconocidos, pero si nosotros no somos Reverte, vosotros no sois Planeta, así que no pidáis la luna con las condiciones de vuestra convocatoria. Queréis que la gente participe, ¿verdad? Pues ponedlo fácil.

Veamos unos cuantos ejemplos apenas alterados para proteger a los inocentes:

"Las obras deberán estar presentadas con interlineado 1.5, sangría francesa y tipografía gótica a 11.7 puntos". Muchachos, estamos en la era digital, ¿qué importa el interlineado y todo lo demás? Pedid que se use una tipografía fácilmente legible y chutando. Y lo mismo digo del formato de archivo. Admitid al menos RTF, que se puede generar desde cualquier editor de texto. No, DOC es de Microsoft y si trabajamos en Linux constituye una molestia adicional.

"No deberán ocupar más de siete folios y medio a una sola cara". Otra igual. Vamos a ver, ¿cuánto es una página de folio? ¿Es que esto es el siglo XIX? Poned los límites en número de palabras o, si os da por poneros quisquillosos, en el número de caracteres. Así sabré rápidamente si mi relato cumple con los requisitos. Pero es que, ojo, hay certámenes que todavía piden envío físico por triplicado, en sobre cerrado bajo seudónimo y con la plica aparte. No, no me lo estoy inventando. Eso sí, del fallo... te informarán por teléfono

"Haremos lo que nos dé la gana con los relatos no premiados". Meeeec. Fallo gordo. Con los relatos que no resulten premiados no se debe hacer nada, ni subirlos a una web ni leerlos en la quedada de la asociación ni nada. Porque entonces estoy tirando un relato a la basura: no gano y encima me quedo sin poder presentarlo a otros muchos concursos que exigen material inédito. Indicad claramente cuántos ganadores va a haber y qué va a pasar con ellos.

"La temática de los relatos se englobará dentro de los géneros de ciencia ficción, fantasía o terror". Esta es la típica mentira "por quedar bien", como cuando decimos que nos gusta cualquier tipo de música. Salvo raras excepciones, nadie publica un libro con relatos de space opera, fantasía romántica y horror lovecraftiano todos mezclados. Y si lo hace, no venderá un colín, doy fe. Por lo tanto, sed sinceros. No juntéis esas tres etiquetas sólo porque está de moda, ya que os enviarán un montón de relatos que, por muy buenos que sean, no vais a elegir porque no encajan con vuestros verdaderos intereses. ¿La cifi dura os la pone dura? Pues decidlo de antemano.

"Para participar, deberéis ser seguidores del blog / facebook / twitter y compartir la entrada en vuestro blog / facebook / twitter". Esto tampoco me lo he inventado, sucede. Por patético que pueda parecer, hay certámenes que dan más peso a su propia popularidad en las redes sociales que a elegir obras de calidad. Luego sale lo que sale, claro. Y la gente se pregunta por qué la literatura de género tiene tan poco éxito...

"Para participar, debes pagar 3€ por cada relato que envíes". Bueno, esto ya es la bomba. Ni siquiera el timo de pagar por publicar es tan indigno: aquí pagas por participar, sin ninguna contraprestación (aunque con gente tan pesetera, a nadie extrañaría que por un extra puedas mejorar tus posibilidades de ser elegido). Normalmente se justifica el pago como compensación al tiempo que dedica el jurado a valorar los textos, o la organización a imprimirlos y entregar una copia a cada miembro, pero eso nos hace comprender que la editorial no piensa asumir ninguno de los esfuerzos que conlleva sacar un libro. Para eso, mejor que se dediquen otra cosa.

Eso es todo por ahora, amiguitos. Estad atentos a las bases engañosas o innecesariamente complicadas, pensad que el mundo literario está literalmente (oh, el humor) lleno de certámenes y debéis elegir los que os convenzan. No es cuestión de ganar dinero (tema que ni he mencionado), sino de dar una salida digna a vuestras creaciones.